Asociaciones de EEUU piden equidad en las normas de la EPA sobre emisiones

La descarbonización debe abordarse de forma neutra desde el punto de vista tecnológico y orientada al mercado.

NACS se unió a otras asociaciones energéticas, incluidas NATSO y SIGMA, para presentar comentarios en respuesta a la norma propuesta por la EPA sobre las normas de emisiones del tubo de escape. La norma podría dar lugar a que los vehículos eléctricos representen el 67% de las ventas de vehículos ligeros nuevos en 2032.

Las asociaciones argumentan que perseguir una solución, como los vehículos eléctricos, no significa "abandonar otras".

"Nos preocupa que la EPA persiga una única tecnología como solución para descarbonizar el transporte ligero. La velocidad a la que la Agencia parece anticipar que el mercado y los consumidores harán la transición a los vehículos eléctricos está divorciada de la evaluación de la realidad de nuestros miembros. La Norma Propuesta no aprecia los obstáculos de mercado asociados a una transición tan masiva en el comportamiento de los consumidores. También abandona las tecnologías de descarbonización probadas, como los combustibles líquidos de octanaje más alto, que pueden ofrecer reducciones materiales de emisiones utilizando la infraestructura existente, los vehículos existentes y trabajando con el comportamiento actual de los consumidores", dice la carta.

Aunque las asociaciones están de acuerdo con el plan de la EPA para reducir las emisiones de carbono, creen que la ejecución es defectuosa. Los comentarios argumentan que la Norma Propuesta se extralimita en la autoridad de la EPA, ya que no puede imponer normas para reducir los gases de efecto invernadero que favorezcan nuevas tecnologías como los vehículos eléctricos.

Las asociaciones defienden el uso de combustibles líquidos renovables como los biocombustibles (etanol y biodiésel), así como otros combustibles bajos en carbono como el gas natural renovable, el gas natural comprimido y el gasóleo renovable.

Estos combustibles líquidos son en su mayoría compatibles con la infraestructura existente, desarrollada originalmente para los hidrocarburos y ya omnipresente en todo el país. Los biocarburantes y otros combustibles renovables contribuyen a crear y mantener un mercado competitivo, maximizan los beneficios climáticos de los combustibles líquidos, minimizan las interrupciones en el suministro de combustible e imponen una presión significativa a la baja sobre los precios de los carburantes. Los incentivos existentes para los combustibles alternativos, incluyendo la Norma de Combustibles Renovables y los créditos fiscales para la mezcla de biocombustibles y la infraestructura de combustibles alternativos, han permitido con éxito a nuestros miembros colectivos construir una robusta cadena de valor de combustibles renovables en los Estados Unidos".

Las asociaciones instan a la EPA a trabajar para encontrar una solución que tenga en cuenta el futuro de los combustibles y que aproveche la infraestructura existente en el país.